sábado, 5 de abril de 2008

El veneno de la sal

[Nutrición]

Jorge Palafox:

Sin sal no puede haber vida y, sin embargo, los médicos nos advierten que su consumo elevado es perjudicial para la salud. ¿Cómo se explica esta paradoja? Pues sencillamente porque la llamada sal de mesa tiene muy poco que ver con la sal cristalina natural. La "sal de mesa" es cloruro sódico a la que en algunos casos se añade yodo y flúor y, por tanto, no es el tipo de sal que necesita el cuerpo. La sal cristalina natural no está integrada por los tres o cuatro elementos de la sal de mesa que hoy utilizamos sino por los 84 que componen nuestro cuerpo y en la proporción exacta.

¿Cómo se explica que la sal, cuya importancia en la antigüedad era tal que se usaba para pagar a los soldados -de ella se deriva la palabra "salario"-, sea hoy considerada la causa de tan diversas patologías que se la denomina por eso, junto al azúcar refinado, los "venenos blancos"? Cómo entender tamaña paradoja? ¿Tan equivocados estaban nuestros antepasados en su apreciación? En absoluto. Lo que ocurre es que la sal de mesa actual no tiene nada que ver con la sal que se consumía en la alimentación tanto entonces como hace sólo siglo y medio. Lo que consumimos hoy con el nombre de sal de mesa es cloruro sódico al que a veces se le añade yodo y/o flúor. La sal cristalina natural, sin embargo, tanto la que procede del mar como de las montañas, contiene los 84 elementos que compone el cuerpo humano... en su proporción exacta. Abismal diferencia. Es más, poca gente sabe que la composición de la sangre que fluye por los más de los 90.000 kilómetros de nuestras venas, arterias y capilares- es prácticamente idéntica al agua salina del "mar primario", es decir, una solución con la misma concentración de elementos que tenía el mar hace millones de años, en la época en que la vida animal abandonó las aguas. Hasta el punto de que son muchos los investigadores que vienen denunciando desde hace décadas que en lugar de transfusiones de sangre -acción que conlleva hoy tantos riesgos- se puede introducir en el enfermo que lo requiere agua de mar purificada en lugar de sangre ajena. Claro que eso no permitiría el "negocio" actual que se hace con sangre humana...

PRODUCTO DE LA IGNORANCIA

¿Y por qué la industria decidió un día convertir la sal cristalina natural en simple cloruro sódico? Pues porque al analizar su contenido los científicos de la época afirmaron -con la suficiencia que acompaña siempre a la ignorancia en el ámbito del conocimiento- que los demás elementos que contenía -minerales esenciales y otros oligoelementos- eran "impurezas" innecesarias. Y como bastaba el cloruro sódico para salar los alimentos se decidió que era mejor eliminar todo lo demás. Excuso decir que cualquier parecido entre la "sal" resultante que desde entonces consumimos con los alimentos y la sal natural es inexistente. Y de un alimento que era "oro puro" porque proporcionaba al ser humano todos los elementos necesarios para su subsistencia en la proporción exacta que el organismo necesita se pasó a consumir un producto que es "veneno puro", como muy bien saben los investigadores y los médicos, especialmente nutrólogos y cardiólogos.
Y lo lamentable es que a la toxicidad del cloruro sódico hay que añadir la del yodo y el flúor, minerales que hoy se agregan artificialmente a la sal. El yodo -tóxico para el organismo en cuanto se sobrepasa el mínimo necesario- se añade porque se supone que mejora la función de la tiroides y el flúor -uno de los elementos más radioactivos que existen- porque es "bueno" para los dientes. Un sarcasmo. Sin olvidar que la sal de mesa contiene conservantes cuya declaración en los envases no es obligatoria (el carbonato de calcio, el carbonato de magnesio y los denominados E-535, E-536, E-540, E-550, E-551, E-552, E-553b, E-570 y E-572 así como el hidróxido de aluminio) para evitar que la sal se apelmace. Y, por cierto, ya que se menciona conviene recordar que el aluminio es un metal tóxico que cuando se consume en exceso se deposita en el sistema nervioso y en el cerebro. De hecho, muchos investigadores independientes a los que no se escucha vienen denunciando que podría estar detrás del cada vez más alto nivel de enfermos de Alzheimer en Occidente. A pesar de lo cual, el aluminio se sigue utilizando en la mayor parte de los envases metálicos en los que se hoy comercializan sodas, colas, refrescos y cervezas. ¿Por qué se silencia esto?

LA SAL DE
MESA ES TÓXICA

En definitiva, entiéndalo bien: el cloruro sódico, componente básico de la sal refinada de mesa que la mayor parte de la gente consume, es una sustancia tóxica que sobrecarga el organismo por lo que éste, consecuentemente, se apresta a eliminarlo lo antes posible. Y quizás esté usted pensando ahora mismo que no es su caso porque no le echa sal a la ensalada, al pescado o al filete, pero, ¿se ha parado a pensar que la inmensa mayoría de los productos preparados llevan sal como conservante? Pues sepa que se trata de un problema grave porque al ser humano le bastan 0,2 gramos al día para tener cubiertas sus necesidades de sal y en Occidente el consumo medio diario por persona está entre 12 y 20 gramos (la ingesta de 40 gramos de golpe puede hasta provocar la muerte). Añádase a ello el hecho de que nuestro cuerpo sólo tiene capacidad para eliminar entre 5 y 7 gramos diarios de cloruro sódico (depende de la edad, constitución y sexo) y a nadie le extrañará que los órganos de eliminación de quien consume habitualmente sal de mesa estén constantemente sobrecargados.
Obviamente, el sodio es un mineral vital para nosotros. Sin él no es posible la vida ya que está en el líquido que baña las células. Lo que sucede es que su equilibrio con el potasio es fundamental y si se rompe puede dar lugar a numerosas patologías, incluidas las cardiovasculares, las renales, las hepáticas y, por supuesto, la hipertensión. Y la única manera de controlar ese equilibrio con seguridad es restringiendo o eliminando el consumo de la sal de mesa, como bien explica José Antonio Campoy en su libro La dieta definitiva.
Como es lógico, pues, nuestro organismo intenta protegerse de esa sobrecarga. ¿Y cómo? Pues hidratándose. El problema es que para ello el cuerpo necesita 23 gramos de "agua" por cada gramo de cloruro sódico que no es capaz de expulsar... pero de "agua celular". Es decir, el cuerpo se ve obligado a sacrificar el agua de las células a fin de evitar el efecto negativo del cloruro sódico. Y eso hace que mueran millones de células deshidratadas con lo que, además, se forma tejido muerto que también hay que eliminar. Por eso el consumo excesivo de "sal de mesa" provoca la formación de edemas y tejido acuoso con exceso de ácido; así pues, también el exceso de sal de mesa es causa de la celulitis (lo que explica por qué la padecen personas que no comiendo apenas grasas sufren ese problema o están obesas).
Pero aún hay más: cuando el consumo es excesivo llega un momento en el que el cuerpo ya no puede dedicar a esa labor de desintoxicación más agua celular y utiliza otra vía para resolver el problema: la cristalización en huesos y articulaciones. Para ello, los aminoácidos de origen animal se unen con el cloruro sódico y se depositan en forma de cristales de ácido úrico dando lugar a la formación de piedras renales y de vesícula así como a la artritis, la artrosis y las enfermedades reumáticas.

LA SAL ES IMPRESCINDIBLE PARA LA VIDA

Llegados
este punto hay que dejar bien claro que la sal natural no sólo no es negativa sino absolutamente imprescindible para la vida. Todo lo que hemos explicado hasta ahora se refiere a la sal de mesa refinada que nos han acostumbrado a consumir y se comercializa masivamente. Una "sal" que sólo contiene cloro y sodio además de yodo y flúor -éstos dos minerales en los casos en que se la "enriquece" con ellos-. Minerales que no están además en la proporción natural que deberían hallarse -como en el caso de la sangre- y cuyas frecuencias tampoco son las correctas ya que sus estructuras han sido alteradas en el proceso de manipulación industrial.
Es más, resulta que la mayor parte de la gente tiene carencia de auténtica sal, incluso las que están sobrecargadas de cloruro sódico. De esa sal que contiene los 84 elementos que componen nuestro organismo en una proporción concreta y cuyas frecuencias no han sido alteradas porque pertenecen a la estructura geométrica natural de la sal sin manipular que, por otra parte, es lo que permite que consigamos de ella energía vital.

EL ORIGEN DE LA SAL

Como
el lector sabe, la sal se puede obtener del mar o de las minas de sal terrestres. El problema es que hoy los mares y océanos tienen un alto nivel de contaminación, especialmente a causa de los hidrocarburos del petróleo y de la acumulación de metales pesados como el mercurio, el plomo, el cadmio y el arsénico, entre otros. Tóxicos que hacen que la sal marina, aún siendo mucho mejor que la sal refinada de mesa, no tenga ya el mismo efecto positivo que tenía antaño. De hecho, la única sal pura y completa de la Tierra se encuentra hoy únicamente en los lugares donde hace millones de años se secaron los mares primarios: las minas terrestres. En ellas está la única sal que contiene todos los elementos que se encuentran en nuestro cuerpo y, que debidamente mezclada con agua, nos ofrece toda su energía almacenada junto con su contenido en biofotones. Sólo que también en ella hay dos tipos de sal: la que compone el 95% de la mina y que no es sino "sal gema" y otra que se encuentra en forma de vetas y que tiene forma cristalina: la "sal de cristal de roca". Ambas son naturales, contienen los 84 elementos ya mencionados y, por tanto, son de mucho mayor valor que la sal de mesa industrial. Ahora bien, hay una diferencia básica entre ambas: la presión a la que han estado sometidas. Y se trata de una circunstancia muy importante. La razón es simple: los elementos que contiene la sal gema no han recibido suficiente presión y no se encuentran integrados en el cristal sino que se hallan en la superficie y en los espacios intermedios de la estructura cristalina. En cambio, en la sal de cristal de roca sí lo están. Y es precisamente ese hecho el que garantiza la disponibilidad bioquímica de los elementos para nuestras células. Piénsese que es la presión sobre los elementos que componen una determinada estructura lo que provoca que la misma se organice en un estado coloidal, algo de primordial importancia porque nuestras células sólo pueden absorber lo que existe de manera orgánica y coloidal. Ese es el motivo, por ejemplo, de que nuestro organismo no pueda absorber minerales con el agua mineral pues al ser de un grosor excesivo para nuestras células no los puede metabolizar.
En suma, como los elementos contenidos en la sal gema no han recibido la suficiente presión y, por tanto, no se encuentran en estado coloidal su aprovechamiento es mucho menor que el de la sal de cristal que sí ha estado expuesta a enormes presiones durante millones de años. Obviamente, cuanto más elevada haya sido la presión más completa será la estructura cristalina generada. Por tanto, el cristal de roca tiene una geometría y una composición orgánica perfecta pero la sal gema no (sus elementos son de mayor grosor al no haber recibido la suficiente presión para consolidar una estructura cristalina).
¿Y dónde se encuentra la sal de cristal? Pues en forma de vetas o filones cristalinos de color blanco transparente, rosado o rojizo en las minas, rodeadas de sal gema. Vetas que suelen suponer el 1% de toda la mina y se deben además extraer manualmente -sin medios mecánicos- para no alterar su estructura por lo que su explotación ha sido hasta hoy muy limitada al ser poco rentable. Afortunadamente, ese problema se ha solventado y tanto en España como en otros países europeos ha empezado a comercializarse sal de cristal procedente de minas del Himalaya. Una buena noticia porque, según los expertos, su consumo regular puede aliviar -cuando no curar- numerosas enfermedades.
Para ello basta tomar en ayunas cada mañana una pequeña cucharada de café de la solución salina -máximo dos- mezclada con agua mineral. Teniendo en cuenta que lo importante no es tanto la cantidad como la periodicidad de la ingesta. Desde el punto de vista bioquímico, estimula en pocos minutos la actividad gastrointestinal (peristáltica) y esa activación, a su vez, estimula el metabolismo y la digestión. Además, reestablece el equilibrio electrolítico mejorando la conductividad en nuestro cuerpo con la consiguiente mejora de la circulación. Es más, como la solución salina es un medio excelente para conseguir el equilibrio entre lo ácido y lo alcalino se puede con su ingesta eliminar metales pesados como el mercurio, el plomo, el arsénico, la amalgama y los depósitos calcáreos ya que la sal cristalina es capaz de romper uniones moleculares. En suma, la ingesta diaria de sal de cristal implica someter al organismo a una verdadera cura de desintoxicación al librarle de los depósitos calcáreos, de metales pesados y de otros residuos. Y su preparación es sencilla: basta echar un poco de agua mineral en el frasco en el que se comercializa la sal en forma de rocas de cristal y en poco tiempo el agua se convertirá en una solución salina con la proporción exacta de los 84 elementos mencionados. Déjela allí ya que una vez saturada de sal los cristales no se seguirán disolviendo.


La crisis del frijol soja

[Nutrición]

Los Científicos vs. la Industria de la Soja

Jane Phillimore discute algunos de los puntos
suscitados por las nuevas investigaciones

Tomado del Optimal wellness center, que a su vez
lo reproduce de la edición de Agosto 27, 2000 del Sunday Observer

Hace doce años, visité a un médico de salud alternativa para consultarle algunos síntomas no específicos relativos a la salud. No bien me había sentado cuando me dijo que mi dieta requería atención radical. Tenía que abandonar todos los productos de origen animal, el trigo, el alcohol, y la cafeína, y en su lugar ingerir proteínas en forma de leche de soja y tofú. En la actualidad, esta clase de consejo es rutinario, pero en aquel momento parecía encantadoramente radical: Yo tenía que caminar hasta la tienda de productos de salud de Clapham para aprovisionarme de leche de soja porque la de Sainsbury no tenía su propia marca (como la tiene ahora), y las salchichas de vegetales y soya sólo eran un destello en los ojos de Linda McCartney.

En la experiencia, perdí mucho peso y me sentía inmensamente rejuvenecida. Tan fue así que, cuatro meses más tarde, comencé a comer normalmente otra vez. Más me valió, porque ahora se ha descubierto que la soja, lejos de tener las propiedades mágicas y saludables sobre las cuales insiste tanto la brigada de la medicina alternativa, en realidad puede ser perjudicial para usted. La reputación de la soja como producto que en general es anticanceroso, que reduce el colesterol, que combate la osteoporosis, y que tiene poca grasa se basa en una mala ciencia y en un superlativo mercadeo llevado a cabo por la poderosa industria de la soja.

En el mundo entero, la evidencia contra la soja está comenzando a acumularse. En este país (el Reino Unido), MAFF está tan preocupado por los posibles problemas de salud causados por los fitoestrógenos en la soja que está financiando un programa rotativo de 19 proyectos de investigación separados, que deben terminar en el año 2002. Los descubrimientos preliminares del Profesor John Ashby del Laboratorio Central AstraZeneca de Toxicología en Macclesfield, por ejemplo, confirman que la fórmula infantil de soja (actualmente el único alimento de 6,500 bebés británicos) tiene un efecto estrogénico en ratas. Según la ministra de salud pública, Ivette Cooper, no se dará ningún consejo nuevo sobre la soja sino hasta que el COT (Comité Sobre la Toxicidad de las Substancias Químicas en Alimentos, Productos de Consumo, y el Ambiente), que es un comité independiente, haya examinado los hallazgos del programa.

Esto podría requerir varios años. Mientras tanto, si usted ha sido seducido por el mensaje de que la soja es el superalimento saludable del siglo 21, siga leyendo ...

¿Es la Soja Perjudicial para Usted?

La soja contiene grandes cantidades de varias substancias químicas tóxicas, que no pueden ser destruídas por completo ni siquiera con el largo proceso de cocimiento. Éstas substancias son: los fitatos, que bloquean la absorción de minerales por el cuerpo; los inhibidores enzimáticos, que estorban la digestión de las proteínas; y la hemaglutinina, que hace que las células rojas de la sangre se agrupen e inhiban la asbsorción del oxígeno y el crecimiento. Y lo que es más controversial de todos, la soja contiene altos niveles de fitoestrógenos (también conocidos como las isoflavonas genisteína y daidzeína), que simulan y algunas veces bloquean la hormona estrógeno.

¿Ciertamente, los japoneses comen soja en grandes cantidades, y como resultado tienen bajas tasas de cáncer del seno, del útero, del colon, y de próstata?

Ése es el gran mito sobre el cual se ha construído la idea de la soja "saludable". En realidad, los japoneses no comen mucha soja: un estudio llevado a cabo en 1998 mostró que, típicamente, un japonés come como 8g (2 cucharaditas) por día, ni parecido a los 220g (8oz) que un occidental podría ingerir si comiera un gran trozo de tofú y dos vasos de leche de soja.

En segundo lugar, aunque los japoneses posiblemente tienen tasas más bajas de cáncer en los órganos reproductores, se cree que esto se debe a otros factores dietéticos y de estilo de vida: ellos comen menos carne con grasa, más pescado y vegetales, y menos alimentos enlatados o procesados que en una típica dieta occidental. En tercer lugar, los asiáticos tienen una incidencia mucho mayor de cáncer de la tiroides y del aparato digestivo, incluyendo cáncer del estómago, del páncreas, del hígado, y del esófago.

Soy vegetariano; como grandes cantidades de tofú y bebo grandes cantidades de leche de soja. ¿Debo suspenderlos?

La soja se ha convertido en la carne y la leche de los vegetarianos, siendo la fuente principal de proteína en su dieta. Pero, en realidad, el comer soja pone a los vegetarianos en grave riesgo de sufrir deficiencias minerales, incluyendo de calcio, cobre, hierro, magnesio, y especialmente zinc. Según el Dr. Mike Fitzpatrick, un bioquímico neozelandés que tiene un sitio web sobre la soja (véase más abajo), esto se debe a que la soja contiene altos niveles de ácido fítico, que bloquea la absorción de minerales esenciales en el tracto digestivo. Para reducir los efectos de una dieta de alto contenido de fitatos, es necesario comer, como hacen los japoneses, mucha carne o pescado con pedacitos de soja.

No tolero la leche de vaca. ¿Debería tomar leche de soja?

La soja ha llegado a ser la opción de moda para las personas que no "toleran" productos lácteos de origen animal. Es poco conocido que la soja es el segundo alergeno más común. Sólo 1 por ciento de la población es verdaderamente alérgica a la leche de vaca y, de ellos, dos tercios tampoco toleran la leche de soja. Además, la leche de soja tiene un alto contenido de aluminio. Esto se debe a que el aislado de proteína de soja del cual se fabrica la leche se lava en ácido en tanques de aluminio. No hay que asombrarse de que tenga mal sabor.

¿Puede la soja afectar la tiroides?

Por años, se ha sabido que los fitoestrógenos en la soja debilitan la función tiroidea. En Japón, una investigación llevada a cabo en 1991 demostró que 30g diarios de soja resultan en un enorme aumento de la hormona que estimula la tiroides. Esto puede causar bocio, hipotiroidismo, y la enfermedad de la tiroides autoinmune.

Estoy embarazada. ¿Debería evitar la soja?

Probablemente, y especialmente si es vegetariana. Un nuevo estudio de los bebés nacidos de madres vegetarianas ha mostrado que los bebés varones tenían el triple de riesgo de padecer de hipospadias, un defecto del pene, que está presente al nacimiento. Los investigadores indican que esto se debe a una mayor exposición a alimentos ricos en fitoestrógeno, especialmente soja. Los niveles inapropiados de hormonas, como los causados por una alta ingestión de soja durante las primeras 12 semanas de embarazo, pueden también perjudicar el cerebro en desarrollo del feto.

¿Pero, seguramente yo puedo alimentar a mi bebé con fórmula de soja? Debe ser inofensiva: está disponible en todos los supermercados y todas las farmacias?

Los bebés alimentados con soja están participando en un 'gran experimento con bebés humanos, un experimento que no está siendo ni controlado ni monitoreado', dijo en 1998 Daniel Sheehan, director del Centro Nacional para la Investigación Toxicológica de la FDA. El único alimento de un bebé recién nacido es la leche que toma: un bebé alimentado con soja recibe el equivalente en estrógeno a cinco píldoras contraceptivas todos los días, según Mike Fitzpatrick. Se descubrió que los niveles de isoflavonas de estos bebés eran de entre 13,000 y 22,000 veces más altos que los de bebés alimentados con otros productos.

Como resultado de esta sobrecarga de fitoestrógeno, los bebés alimentados con soja tienen el doble de riesgo de que se les desarrollen anormalidades tiroideas, incluyendo bocio y tiroiditis autoinmune. Los varones corren el riesgo de que se les atrase la maduración física, mientras que las niñas corren el riesgo de una pubertad precoz (1 por ciento de las niñas muestran ahora señales de pubertad, tales como desarrollo de los senos o vello púbico, antes de los tres años de edad) e infertilidad. Los investigadores también han indicado que diabetes, cambios en el sistema nervioso central, extrema conducta emocional, asma, problemas con el sistema inmunológico, insuficiencia pituitaria, e IBS pueden ser causados por una alta ingestión de fitoestrógenos al comienzo de la vida.

El año pasado, los compuestos de soja también estuvieron envueltos en el desarrollo de leucemia infantil. Actualmente, el gobierno (del Reino Unido) aconseja que la leche materna es la mejor, y que la fórmula de soja no debería dársele a los infantes a menos que sea por consejo de un profesional de la salud.

¿Puede la soja ayudar en el caso del cáncer de próstata?

El ex-comerciante en bonos de alto risego, Michael Milken, ciertamente cree que sí. Él consume 40g de proteína de soja todos los días con ese propósito. La ciencia es menos concluyente. Un reciente estudio sobre los japoneses-norteamericanos que viven en Hawaii demostró que los hombres que habían comido dos o más porciones de tofú por semana durante su mediana edad no sólo habían 'acelerado el envejecimiento del cerebro', y aumentado a más del doble la incidencia de la enfermedad de Alzheimer y la demencia, sino que también se veían cinco años más viejos que los hombres que no lo habían comido.

Mi madre murió de cáncer del seno, y a mí me han aconsejado fuentes médicas, tanto principales como complementarias, que el aumentar mi ingesta de soja puede ofrecerme protección contra la enfermedad. ¿Es verdad esto?

La evidencia es muy inconclusa. En la Dieta de Protección Contra el Cáncer del Seno, publicado el año pasado, el Dr. Bob Arnot afirma que el comer entre 35g y 60g de proteína de soja diariamente protege contra el cáncer del seno aumentando la ingesta de genisteína, que es un bloqueador de estrógeno. Pero esto pasa por alto la evidencia en contrario. En 1996, una investigación demostró que las mujeres que comen soja tenían una mayor incidencia de hiperplasia epitelial, una condición que presagia malignidad. En 1997, se encontró también que la genisteína en la dieta estimulaba las células del seno humano para que entraran en el ciclo celular. Como resultado, los investigadores aconsejaron a las mujeres que no comieran productos de soja para evitar el cáncer de seno.

¿Pero seguramente la soja evita la osteoporosis, el adelgazamiento de los huesos que afecta particularmente a las mujeres post-menopáusicas?

No. En realidad, la soja bloquea el calcio y causa deficiencia de vitamina D, que se necesitan para tener huesos fuertes, dicen las nutricionistas y desenmascaradoras de la soja Sally Fallon y Mary G. Enig.

¿Hay alguna clase de producto de soja que yo pueda comer sin peligro?

Sí. Los productos fermentados de soja, como la salsa de soja, el tempeh, y el miso. El largo proceso de fermentación contrarresta los efectos de las toxinas naturales de la soja.

¿Puedo evitar la soja?

Es difícil. Usted puede dejar de comer los candidatos obvios, como la leche de soja y el tofú, pero la soja se encuentra también en cereales para el desayuno, helados, comidas rápidas como las hamburguesas, dedos de pescado, y la lasagna, y todas las clases de alimentos horneados, desde pasteles y bizcochos hasta las tortillas mexicanas y el pan. Si esa es su misión en la vida, lea las etiquetas cuidadosamente, y evite los alimentos orgánicos procesados siempre que pueda.

Finalmente, los que hacen campaña en favor de la soja siempre dicen que, en los Estados Unidos, un cuarto de la población ha sido alimentada con fórmula infantil entre 30 y 40 años, sin ningún problema de salud adverso. Así que, ¿por qué debo preocuparme?

Los científicos están sólo comenzando a investigar y a entender los perjudiciales efectos a largo plazo que el comer grandes cantidades de soja puede tener en el cuerpo humano. Como escriben Fallon y Enig: "Por años, la industria ha sabido que la soja contiene muchas toxinas. Al principio, le dijeron al público que las toxinas eran eliminadas mediante el procesamiento. Luego afirmaron que estas substancias eran saludables. Todo parece indicar que habrá una gran batalla en el futuro cercano.

Para mayor información [en inglés], entre al sitio web
www.soyonlineservice.co.nz, una detallada fuente informal sobre la soja, y que es administrada por el Dr. Mike Fitzpatrick.

Sin embargo, un punto en el artículo con el cual yo discreparía es la afirmación del autor de que sólo el 1 por ciento de la población es alérgica a la leche de vaca. Aunque esto puede que sea cierto con relación a los métodos convencionales de diagnosticar alergias, la gran mayoría de la población sufre en algún grado de alergia o sensibilidad a la leche de vaca, y haría mejor en evitarla por completo.

Sería mejor evitar tanto la leche de vaca como la "leche" de soja, y beber sólo agua.

La catastrofe de los alimentos

[Nutrición]

A comienzos del año 2001 una representativa encuesta mostraba que aproximadamente 2,5 millones de alemanes se habían convertido en vegetarianos. Los motivos son evidentes. La epidemia de EEB, encefalopatía espongiforme bovina (la llamada enfermedad de las vacas locas), es sólo el primer punto culminante de un amplio escándalo relacionado con los productos alimenticios: quien ha dejado de comer carne de vacuno, ahora se da cuenta de que tampoco puede seguir comiendo carne de cerdo, porque hay rebaños enteros que han sido drogados con antibióticos. Muchos fiscales alemanes han efectuado pesquisas contra veterinarios y granjeros.

Hay expertos que consideran que los antibióticos en nuestras comidas son tanto o más peligrosos que los priones de EEB. Y quien quiera “cambiar de tren”, ingiriendo ahora carne de pescado, se entera por los resultados de un reciente estudio de la Unión Europea de que los peces del Mar del Norte y del Báltico están contaminados con dioxina, lo que no es de extrañar a raíz del conocido envenenamiento de los mares. ¿O sea que entonces es mejor recurrir a las carpas y truchas caseras?. Sería estupendo, pero sólo si éstas no fueran alimentadas con sus congéneres del Mar del Norte y del Báltico que han sido elaborados y transformados en harina de pescado. Así van quedando sólo las aves de corral. Pero tampoco de éstas excluye recientemente la Oficina Federal de Salud de Alemania el peligro de transmitir la enfermedad de la EEB, tampoco en el caso de ovejas y cerdos. Así se va cerrando el círculo vicioso.

Durante años se ha ocultado sistemáticamente a los consumidores el hecho de que están siendo sometidos a un gran experimento con alimentos que tienen muchos factores de riesgo, con pesticidas y venenos de hongos de la variedad de los mohos en las papillas para bebés, gusanos en el pescado, dioxina en las gallinas, hormonas en los turbocorderos y ahora además EEB por todas partes. Sin embargo el engaño, y el exponer a los consumidores a muchos peligros continúa con gran actividad.

¿Quién sabe por ejemplo que aproximadamente un 75% de todos los productos alimenticios en Alemania pasan por “procesos de refinamiento” industrial?. Para que los huevos del desayuno tenga el color amarillo apropiado, se mezcla el alimento de las gallinas con el colorante correspondiente. El color rosado del salmón de mar es el resultado de la química alimentaria. Las sopas instantáneas no tienen nada que ver con una sopa verdadera, sino que son el resultado de una complicada tecnología. La masa de la pasta se hace espumosa a base de fermentos para que los spaghetti se puedan preparar con más rapidez. El aroma de melocotón en el yogur se elabora de hongos y bacterias. Muchas veces se utilizan productos de desecho como material básico de la industria alimenticia, así por ejemplo el llamado pastel de albúmina, que queda de sobra en la producción de carne de gallina, y que después de ser tratado con lejía de sosa acaba como suministrador de valores nutritivos en las sopas en latas; o los restos que quedan de la preparación de la soja, que se mezclan en el pan integral como fibra vegetal. Una especialidad culinaria muy típica es el cóctel de mariscos, en el que se revuelven, trituran y aromatizan los restos de la pesca, prensándolos en forma de calamares o gambas. No sólo los comederos de los animales se han convertido en “basureros de la sociedad de bienestar” (según Hubert Weiger de la Alianza Protectora de la Naturaleza, Bund Naturschutz, de Alemania), sino que también lo son entretanto los platos de comida de los hombres.

http://www.animanaturalis.org/

La soja - Consumidores en medio del engaño

[Nutrición]

Silvana Buján.


Investigaciones serias han demostrado que la soja, presentada en los últimos tiempos como la solución al flagelo del hambre, está muy lejos de ser el "alimento perfecto".

El consumo de soja tiene mucha prensa. Se presenta como la solución al hambre. Se promociona como el alimento perfecto.
La dura realidad la revela como una trampa:
los niños pequeños alimentados a soja, no podrán asimilar hierro, calcio o zinc y su sistema hormonal será desequilibrado. Su desarrollo intelectual será menor que el resto de los niños. Las embarazadas que consumen soja como dieta base tendrán serios problemas en el sistema hormonal de su bebé y de ellas mismas.
Y
los adultos, que creímos en el espejismo de la soja (transgénica o no) incorporamos dosis hormonales fortísimas y nos exponemos a baja de defensas y a complicaciones de alergias.

En verdad: somos las víctimas de la necesidad de las multinacionales de ubicar la soja con la que alimenta al ganado, el primer mundo.
Detrás del espejismo y de los carteles de colores, nos hallamos ante la dura realidad: La soja crea una deficiencia de la vitamina B1. El ácido fítico se une a los minerales impidiendo su absorción especialmente zinc, calcio y magnesio. Los que consumen muchos productos con soja tienen riesgo de sufrir deficiencias de estos minerales. La soja es una fuente de proteínas incompleta y desequilibrada.

Los porotos de soja tienen propiedades antitiroides. Las ísoflavonas estrogénicas presentes en la soja tienen fama de ser beneficiosas para la salud: La dura verdad es que las personas que consumen productos de soja regularmente pueden sufrir diversos desequilibrios de la tiroides. Los estudios con animales vinculan a las isoflavonas con el bocio. Otros estudios vinculan el consumo de soja no solo con el hipotiroidismo, sino también con bajos niveles de energía, deficiente absorción de minerales e infertilidad.
La proteína de soja texturizada es utilizada como relleno a pesar de que contiene antinutrientes. Tanto el de soja como otros aislados de proteínas pueden causar un balance de calcio negativo en los seres humanos y contribuir a causar osteoporosis.

Leche que no es leche

La leche de soja se usa como reemplazo de la leche de vaca y se la promociona para el consumo masivo
en las fórmulas para bebés. La leche de soja no es equivalente a la leche humana ni a la vacuna. Y no solo eso: el jugo de soja (así debe llamarse) posee características negativas como alimento para bebés o niños: puede modificar su desarrollo hormonal.
Le incorpora al bebé sustancias que actúan como hormonas, en tal grado que el organismo siente estar recibiendo el equivalente a varias pastillas conceptivas al día, concentración compuestos estrogénicos 2.000 mayores que los de la leche humana o de la leche en polvo de vaca, podría causar un desarrollo prematuro de los pechos y de características sexuales en jovencitas, y la posibilidad de que los órganos masculinos no se desarrollen normalmente en la pubertad del varón. Además, carece de colesterol, una sustancia esencial para el adecuado desarrollo del cerebro y del sistema nervioso central de los niños. El lobby de la soja es muy poderoso ya que ofrece al fabricante de alimentos y de bebidas un relleno económico.

¿Porqué nos dan soja hasta por las orejas?

La Argentina como país ganadero de cosechas récord no puede alimentar a sus pobladores. Esto es posible gracias un perverso modelo agroalimentario implantado en la última década y media en el que las grandes empresas transnacionales y la industria semillera dependiente de agro tóxicos llevó al país a producir para exportar sin valor agregado, operación que no se traduce en alimentos de calidad suficientes para alimentar a nuestra población.

Un esquema de producción que achica mano de obra y degrada el ambiente hasta el límite de dejarlo estéril.

En resumen: una agricultura, como dice el Foro de Ecología política, sin agricultores, deforestadora de bosques y de selvas nativas, con expulsión de comunidades campesinas, en el afán de extender la frontera sojera hacia regiones que no resisten muchos ciclos de cultivo sin degradarse

Casi la totalidad de los cultivos de soja son transgénicos, bajo firmas que venden la semilla y el paquete tecnológico al campesino cada vez más pobre, a precio dólar.

Hoy, se promociona la soja transgénica para paliar el hambre. Esa soja en el primer mundo es la comida del ganado. Es una simple maniobra para abrir nuevos mercados para sectores multinacionales.

El Foro de Nutricionistas (Foro para un Plan de Alimentación y Nutrición, con el auspicio de UNICEF) en julio de 2002, alertó al gobierno nacional, (que los habia consultado junto a especialistas de distintas instituciones, como la FAO; UNICEF universidades nacionales; ministerios; INTA, Sociedad Argentina de Pediatría, Cáritas, otros) que
"En cuanto al uso de la soja, se recomienda puntualizar cuál es su real valor nutricíonal, su uso adecuado como complemento en el marco de una alimentación variada y completa, y la recomendación de no denominar a la bebida obtenida de la soja (jugo) como "leche" (leche de soja), pués no la sustituye de ninguna manera. (...) es deficitaria en muchos nutrientes, y por su alto contenido de fitatos interfiere en la absorción del hierro y del zinc; tampoco es una buena fuente de calcio. ( ... ) La utilización de soja debe contemplar el impacto ambiental y social, los requerimientos de capacitación para su adecuada utilización, la dificultad de su incorporación en el contexto de la cultura alímentaria y las consideraciones nutricionales que desaconsejan el uso en niños menores de 5 años y especialmente en menores de 2 años".
Este fue el consejo que recibió el gobierno nacional antes de lanzar la soja solidaria:

Antes de ocultar estas realidades y someter a la gente a una dieta empobrecida y riesgosa.
Antes de doblegar al país ante el poder de las multinacionales.
Antes de legitimar que la gente coma alimento para ganado.

La soja - Demasiado bueno para ser cierto

[Nutrición]

Brandon Finucan y Charlotte Gerson:

Aunque ya en 1966 había considerables investigaciones sobre las substancias perjudiciales en el frijol soja, hoy día tendríamos grandes dificultades para encontrar artículos que afirmen que la soja es cualquier cosa menos un alimento milagroso. Al hacerse la soja más y más popular a través de la industria y la propaganda, nos sentimos impulsados nuevamente a alzar nuestras preocupadas voces.

La Industria de la Soja en los Estados Unidos

En 1924, la producción de frijol soja en los Estados Unidos era sólo de 1.8 millones de acres cosechados, pero, para 1954, el número de acres cosechados había aumentado a 18.9 millones. En la actualidad, en los Estados Unidos la producción de frijol soja es la tercera mayor (en 1998 se cosecharon 72 millones de acres), proporcionando más de 50 por ciento de la demanda mundial de frijol soja.

La mayor parte de esta producción se utiliza como alimento para animales y para la fabricación de aceite de soja que ha de ser usado como aceite vegetal, margarina, y manteca. De los usos tradicionales de la soja como alimento, sólo la salsa de soja goza de amplio consumo en la dieta de los norteamericanos. El tofú, que representa el 90 por ciento del uso del frijol soja en Asia, se ha vuelto más popular en los Estados Unidos, pero la soja todavía no está ni cerca de ser un componente medible de la dieta del norteamericano promedio. ¿O sí?

Durante más de 20 años, la industria de la soja se ha concentrado en encontrar usos alternos y nuevos mercados para el frijol soja y los subproductos de soja. En el supermercado local, ahora la soja puede encontrarse disfrazada de cualquier cosa, desde queso, leche, hamburguesas y "hot dogs", hasta conos, yogurt, aceite vegetal, fórmula para lactantes, y harina (para mencionar sólo algunos productos). Éstos son a menudo comercializados como bajos en grasa y libres de productos animales, o como sustitutos de la carne, de alto contenido proteínico, para vegetarianos. Pero la soja no siempre se menciona en la tapa de la caja. En la actualidad, un alarmante 60% de los alimentos en las estanterías de los supermercados en los Estados Unidos contienen derivados de soja (es decir, harina de soja, proteína vegetal texturizada, aceite de frijol soja hidrogenado, aislado de proteína de soja). Cuando uno examina la lista de los ingredientes, y mira realmente el contenido de la "Dieta Promedio Norteamericana", desde bocadillos y comida rápida hasta comidas congeladas pre-empacadas, la soja juega un papel principal.

¿Dónde se Equivoca el Frijol Soja?

Aquí en el Instituto Gerson, pensamos que los aspectos positivos del frijol soja son eclipsados por su potencial para hacer daño. En realidad, el frijol soja contiene un gran número de sustancias peligrosas. Uno entre ellos es el ácido fítico, llamado también fitatos. Este ácido orgánico está presente en el salvado o la cáscara de todas las semillas y legumbres, pero ninguno tiene el alto contenido de fitatos que tiene el frijol soja. Estos ácidos bloquean la absorción de minerales esenciales, como el calcio, el magnesio, el hierro, y especialmente el zinc. Además del problema del alto contenido de fitatos, el frijol soja es muy resistente a las técnicas de reducción, como el cocimiento prolongado a fuego lento.

El frijol soja también contiene potentes inhibidores enzimáticos. Estos inhibidores bloquean la absorción de la tripsina y otras enzimas que el cuerpo necesita para la digestión de las proteínas. El cocimiento normal no desactiva estos "antinutrientes" perjudiciales, que pueden causar serios malestares gástricos y una reducida digestión de las proteínas, y puede conducir a deficiencias crónicas en la absorción de los aminoácidos.

Aparte de éstos, el frijol soja también contiene hemaglutinina, una sustancia que favorece los coágulos y hace que los hematíes se arracimen. Estos hematíes arracimados no pueden absorber correctamente el oxígeno para su distribución a los tejidos del cuerpo, ni mantener el corazón en buena salud. Tanto la hemaglutinina como los inhibidores de la tripsina son substancias "depresoras del crecimiento". Aunque la acción de fermentar los frijoles soja sí desactiva tanto los inhibidores de la tripsina como la hemaglutinina, la precipitación y el cocimiento no lo hacen. Aunque el nivel de estos inhibidores enzimáticos se reduce dentro de los productos de soja precipitados como el tofú, no son eliminados por completo.

Sólo después de un largo período de fermentación (como en la formación de miso o tempeh) se reducen los niveles de fitatos y "antinutrientes", haciendo que su valor nutritivo quede disponible para el sistema digestivo humano. Los altos niveles de substancias perjudiciales que quedan en los productos de soja precipitados dejan su valor nutritivo a un nivel cuestionable en el mejor de los casos, y por lo menos, en un nivel potencialmente perjudicial.

¿Y los Estudios?

En años recientes, se han llevado a cabo varios estudios relacionados con el efecto del frijol soja en la salud humana. Los resultados de estos estudios, mayormente patrocinados por varios grupos de la industria de la soja, por supuesto que estaban abrumadoramente a favor de la soja. Las principales afirmaciones acerca de los beneficios saludables de la soja se basan puramente en la ciencia errónea. Aunque los principales argumentos en favor de que los pacientes de cáncer usen soja se enfocan en estadísticas que muestran bajas tasas de cáncer de mama, colon, y próstata entre los asiáticos, algunos hechos obvios han sido ignorados por completo. Aunque los estudios se ufanan de que las mujeres asiáticas tienen menos casos de cáncer del seno que las mujeres norteamericanas, la propaganda deja de señalar que estas mujeres asiáticas ingieren una dieta que es dramáticamente diferente de la de sus contrapartes norteamericanas.

La dieta normal asiática consiste de productos más naturales, carne mucho menos grasa, mayor cantidad de vegetales, y más pescado. Sus dietas son también más bajas en substancias químicas y toxinas, pues comen muchos menos alimentos procesados (enlatados, envasados en tarros, en salmuera, congelados). Es probable que estos estudios hayan sido influídos por el hecho de que la tasa de cáncer aumenta entre los asiáticos que se mudan a los Estados Unidos y adoptan dietas americanizadas. Por supuesto, este cambio de dieta va de la mano con un cambio dramático en el estilo de vida. Pasando por alto los notables cambios en la dieta y el estilo de vida, suponer sólo que los reducidos niveles de soja de estas dietas asiáticas americanizadas son un factor principal en las más altas tasas de cáncer revela un juicio deficiente y, como se dijo más arriba, una ciencia errónea. Los cambios en la dieta y el estilo de vida deben ser tomados en cuenta para llegar a la conclusión correcta.

Un artículo que se ha difundido ampliamente, escrito por Jane E. Aller, autora de artículos científicos para AP, y titulado: "Los Científicos Sugieren Más Soja en la Dieta", cita a numerosos oradores que, durante un simposio, discutieron las probables ventajas de la soja bajo el título "Impacto de la Proteína de Soja en la Salud". Sin embargo, el artículo afirma que el simposio, que costó $50,000, "¡fue patrocinado por Protein Technologies International, de St. Louis, una subsidiaria de DuPont que fabrica proteína de soja!" Durante el mismo simposio, Thomas Clarkson, profesor de medicina comparativa de la Universidad de Wake Forest, dice: "La actual terapia de reemplazo de hormonas ha sido un fracaso triste desde el punto de vista de la salud pública", no porque se sabe que Premarina causa cáncer en el útero u otros órganos femeninos, sino "porque sólo el 20 por ciento de las mujeres que podrían beneficiarse de ella están recibiéndola".

Otros argumentos populares en apoyo de la soja afirman que los productos fermentados, como el tempeh o el natto, contienen altos niveles de vitamina B-12. Sin embargo, estos argumentos de apoyo dejan de mencionar que la B-12 de la soja es un análogo B-12 inactivo, que no se utiliza como vitamina en el cuerpo humano. Algunos investigadores especulan que este análogo puede servir en realidad para impedir que el cuerpo absorba la B-12. También se ha descubrierto que las reacciones alérgicas al frijol soja son mucho más comunes que a todas las otras legumbres. Hasta la Academia Americana de Pediatría admite que la exposición a la soja a temprana edad por medio de fórmulas infantiles comerciales puede ser una de las causas principales de la alergia a la soja entre niños de mayor edad y adultos.

En su libro clásico, "Una Terapia Contra el Cáncer - Resultados de 50 Casos" (p. 237), la DDra.. Gerson puso "Soja y Productos de Soja" en la lista de alimentos "PROHIBIDOS" para los pacientes de la terapia Gerson. En ese tiempo, sus mayores preocupaciones eran dos items: el alto contenido de aceite de la soja y los productos de soja, y la tasa más bien alta de las reacciones alérgicas a la soja. El frijol soja puede añadir hasta 9 gramos de grasa por porción, añadiendo típicamente un promedio de 5 gramos de grasa por porción cuando es parte de la dieta de un norteamericano promedio.

El Proceso de Extracción

Los procesos que hacen "comestible" al frijol soja son también los procesos que lo vuelven "no comestible". Al fermentar el frijol soja, el proceso implica que los frijoles se hacen puré y se saturan de una solución alcalina. La mezcla hecha puré se calienta luego aproximadamente a 115ºC (239ºF) en una olla a presión. Este proceso de calentamiento y saturación destruye la mayoría de los antinutrientes, pero no todos. Al mismo tiempo, tiene el grave inconveniente de desnaturalizar las proteínas de los frijoles, de manera que se hace muy difícil digerirlos, y su efectividad se reduce grandemente.

Desafortunadamente, la solución alcalina también produce un carcinógeno, la lisinealina, mientras reduce el contenido de cistina en el frijol soja, ya bajo de por sí. La cistina juega un papel esencial en la destoxificación del hígado, permitiendo que nuestros cuerpos filtren y eliminen las toxinas. Sin las cantidades adecuadas de cistina, las proteínas complejas del frijol soja se vuelven inútiles, a menos que la dieta sea fortificada con carne rica en cistina, huevos, o productos animales - lo cual no es una opción para los pacientes de Gerson.

En abono del frijol soja, hay que decir que éste sí contiene grandes cantidades de ácidos grasos omega-3 beneficiosos, pero éstos son particularmente susceptibles de volverse rancios cuando son sometidos a altas presiones y temperaturas. Desafortunadamente, se necesitan alta presión y alta temperatura para extraer el aceite del frijol soja.

Antes de que los frijoles soja sea enviados a su mesa, pasan por un riguroso proceso para despojarlos de su aceite. Primero, se aplican hexano y otros solventes para ayudar a separar el aceite de los frijoles, dejando vestigios de estas toxinas en el producto comercial. Por definición, hexano es "cualquiera de cinco hidrocarbonos incoloros, volátiles, líquidos (C6H14) de la serie de las parafinas", y no puede ser beneficioso en lo más mínimo para la dieta de nadie. Después de que se extrae el aceite, las hojuelas desgrasadas se usan para formar los tres productos proteínicos básicos. Con excepción de la harina de soja que conserva todas las grasas, todos los productos de soja contienen vestigios de solventes carcinógenos.

Experiencias Personales

La siguiente carta se recibió en noviembre de 1998: "He usado leche de soja durante 12 años sin ningún problema. Hace como 9 meses, comencé a tener palpitaciones del corazón. Pensé que había llegado a la menopausia, pero no era así. Añadí a mi dieta más potasio, así como magnesio y vitamina E. Pero no hubo ningún cambio. Ya estaba tomando café descafeinado, pero ahora también eliminé toda el azúcar de mi dieta. Perdí 25 libras y me sentía magníficamente bien, excepto por las palpitaciones. Probé con espino y ajo, pero nada me ayudaba. Hace poco, caí en cama con bronquitis aguda y sólo podía beber agua porque hasta la leche de soja me provocaba horrendos ataques de tos. Me di cuenta de que, después de algunos días, las palpitaciones del corazón habían cesado. No le di mayor importancia porque nunca se me ocurrió que la soja fuera el culpable. Tan pronto comencé a tomarla nuevamente, el corazón se me volvió loco. La suspendí durante una semana, y luego cambié de marca. A los 30 minutos de beber sólo 4 onzas [de leche de soja], mi corazón estaba desbocado. He notado que se necesitan de 24 a 36 horas para que mi corazón se estabilice. Me pregunté si vuestra investigación había producido algo como esto en relación con la soja. Sé que no está dentro de la definición de alergia, pero algo definidamente está sucediendo. Llamé al fabricante de la leche de soja, pero no me ayudaron para nada. Me siento muy molesto porque sólo bebo leche de soja y agua. También uso la leche de soja para hacer batidos de proteína (con qué otra cosa sino con proteína de soja)".

En el número de Noviembre/Diciembre de 1996 de nuestro Boletín Gerson Sobre Curación, describimos otro caso: una señora embarazada que parecía muy enferma y sufría de gran retraso mental. Ella también describió a su hijo de cinco años de edad, que sufría de muchas alergias e infecciones - ambos estaban usando una considerable canntidad de soja en su dieta. Les recomendé que dejaran de usar todos los productos de soja. En ese momento, sólo yo me acababa de encontrar con esa situación. Sin embargo, un año más tarde, llegué a la misma área para dictar una conferencia, y la señora me invitó a comer. Había eliminado de su dieta todos los productos de soja: su piel era ahora rosada, sus mejillas estaban rellenas, sus ojos, que antes estaban hundidos, ahora eran normales, las ojeras habían desaparecido, y la salud de su pequeño hijo, que ahora tenía seis años, había mejorado mucho.

Sólo la semana pasada, nos llamó la atención otra historia interesante. Una paciente del Hospital Gerson Certificado de la ciudad de México nos habló de su hijo, ahora de 25 años, que sufría de una total ausencia de cabello (alopecia), con excepción de las cejas y las pestañas. Ella añadió que esto comenzó cuando sólo tenía tres años. Puesto que la madre me preguntó acerca de esta situación, pensé en el problema por un momento. Luego, mirando a ambos padres, que tienen cabello normal, pensé que el problema del muchacho probablemente no era genético. Así que le pregunté a la madre si usaba mucha soja. Ella dijo que no. Pero luego, después de pensar en la pregunta por un momento, dijo que, cuando el muchacho tenía como un año, tenía muchas alergias, ¡así que ella lo alimentaba regularmente con leche de soja! Le expliqué la capacidad de la soja para bloquear las enzimas y los nutrientes, y la probabilidad de que la leche de soja fuese la causa de que la alopecia hubiese comenzado a los tres años. Como acabábamos de presenciar el caso de un paciente cuyo cabello había vuelto a crecer sobre su cráneo desnudo después de ser calvo como por 20 años, cautamente le sugerí que un completo cambio de dieta, acompañado por una intensa desintoxicación, podría corregir el problema.

COMENTARIO: Este es un excelente resumen de algunas de las principales razones de por qué la soja no es el alimento saludable que usted cree que es. Hay literalmente miles de millones de dólares de influencia en la industria de aceite comestible, que están promocionando el uso de la soja en círculos de medicina natural para que de este modo su uso pueda ser promocionado entre el público médico en general. Hasta pueden engañar a doctores en medicina natural que son conocedores. Yo soy un columnista mensual en la publicación Townsend Letters, y otro columnista, el Dr. Hudson, que fue declarado por votación médico naturópata del año, publicó un artículo este mes alabando los valores de la soja. No hay que decir que rápidamente escribí una carta a Townsend solicitándoles que publicaran el otro lado de la historia de la soja. Mientras tanto, usted puede evitarse y evitarle a su familia algunos problemas potenciales limitando todo uso de la soja a productos fermentados solamente, como el tempeh o el miso.

¡No Crea en la Propaganda!

Archer Daniels Midland Company (ADM) es uno de los principales fabricantes de productos de soja. Está tratando de conseguir que la Food and Drug Administration (FDA) reconozca la categoría de generalmente reconocidas como seguras (GRAS, por sus siglas en inglés) para las isoflavonas, los compuestos semejantes al estrógeno que se encuentran en los productos de soja. La compañía presentó un documento titulado "Documento informativo que examina la seguridad de las isoflavonas de soja usadas en aplicaciones dietéticas específicas".

El Dr. Mike Fitzpatrick, un bioquímico y ex-profesor de la Universidad de Auckland, analizó cuidadosamente este material y presentó sus conclusiones en un artículo titulado "Las Isoflavonas de Soja: Panacea o Veneno", que se publicó en el Journal of the Price-Pottinger Nutrition Foundation (vol. 22, no. 3). El Dr. Fitzpatrick llegó a la conclusión de que el documento de apoyo de ADM contiene "errores de hecho, falsea a los autores citados, y no presenta la totalidad de la evidencia científica".

ADM afirma que "estas isoflavonas han sido consumidas por millones de seres humanos por más de dos mil años". En realidad, aunque han sido usadas en Asia por cientos de años, "no formaban parte importante de la dieta [de los asiáticos]". Además, observa Fitzpatrick, "el frijol soja tradicional era bastante diferente del que conocemos hoy día". El frijol soja silvestre, el soja glicina, "es la especie que se consumía tradicionalmente, y es el antepasado del moderno cultivo, glicina max", explica Fitzpatrick. La especie moderna ha sido cultivada para que produzca mucha más proteína que el frijol soja tradicional.

Las isoflavonas sirven como "mecanismo defensivo como respuesta a las plagas. Una meta consistente de los cultivadores de frijol soja ha sido una mayor resistencia a las enfermedades, y es bastante concebible que esta meta haya servido para aumentar los niveles de isoflavonas y otras toxinas que ocurren de modo natural en el glicina max". Los niveles de isoflavonas en el glicina max varían considerablemente. "Si esto es así, entonces no es inverosímil que el frijol soja asiático tradicional, el glicina, contenga niveles bastante bajos de isoflavonas o quizás ninguno en absoluto", dice Fitzpatrick. Por lo tanto, el aserto de ADM de que el frijol soja ha sido consumido durante más de dos mil años no se puede justificar.

La Soja y las Fórmulas Infantiles

Lo que es particularmente preocupante es la presencia de la soja en las fórmulas infantiles. Es interesante observar que muchos niños no toleran las fórmulas de soja, que parecen ser "alérgicos" a la soja.

Quizás el cuerpo rechaza instintivamente los inhibidores enzimáticos que se encuentran en la soja. En una carta dirigida a Linda Kahl en la división de Políticas de Productos de la FDA, y fechada el 22 de abril de 1998, Daniel Sheehan, Ph.D. y director del Programa de Estrógeno Base del Centro Nacional para la Investigación Toxicológica, escribió: "Hay abundante evidencia de que algunas isoflavonas, incluyendo la genisteína, son tóxicas. Además, las isoflavonas son inhibidoras de la peroxidasa tiroidea, que fabrica las [hormonas] T3 y T4. Puede esperarse que la inhibición genere anormalidades tiroideas, incluyendo el bocio y la tiroiditis autoinmune. En realidad, los niños que consumen fórmulas de soja ricas en isoflavonas tienen más o menos el doble de riesgo de contraer estas enfermedades... Aunque puede que las isoflavonas tengan efectos benéficos a algunas edades o en ciertas circunstancias, no puede suponerse que esto sea cierto a todas las edades. Las isoflavonas son como otros estrógenos en que son espadas de dos filos, pues confieren tanto beneficios como riesgos.

El Dr. Sheehan cree que: "La adición de isoflavonas a los alimentos debe ser considerada del mismo modo que la adición de estrógeno a los alimentos, lo cual es una mala idea". El Dr. Sheehan está muy preocupado por el alto contenido de estrógeno en las fórmulas basadas en soja. Piensa que los niños alimentados con estas fórmulas han sido puestos en riesgo en un "experimento con niños, que es a gran escala, incontrolado, y básicamente no monitoreado". El Dr. Fitzpatrick trae a colación otro punto en disputa: él cree que la soja puede combinarse con otros xenoestrógenos (como los plaguicidas). Fitzpatrick escribe que "a causa del potencial para causar efectos sinérgicos, la exposición de seres humanos a todos los disruptores endocrinos, como la soja, se requiere con urgencia que las isoflavonas sean reducidas".

La Soja y la Dieta Occidental

En parte de este artículo, mencionamos que se han hecho suposiciones conectando la ingesta de soja con la baja incidencia de ciertos cánceres en Asia. "Sin embargo, un estudio epidemiológico en China ha demostrado que una alta ingesta de soja no protege contra el cáncer del seno". 1

Convenientemente, los proponentes de la soja han pasado por alto un estudio que demuestra que los altos niveles de genisteína "pueden estimular las células del seno para que entren en el ciclo celular". 2 Estos descubrimientos son "consistentes con un informe anterior de Petrakis et al, que expresa la preocupación de que las mujeres alimentadas con aislado de proteína de soja tengan una mayor incidencia de hiperplasia epitelial". 3

Recientemente, el gobierno de Gran Bretaña publicó su descubrimiento de los efectos de la soja en la dieta, llegando a la conclusión de que "casi no había evidencia que ligara los beneficios para la salud de los alimentos que contuvieran isoflavonas con las isoflavonas mismas". 4

Otro estudio llegó a la conclusión de que "cualesquiera beneficios de los productos de soja no se deben específicamente a las isoflavonas ... [y] la combinación de una alta ingesta de fitoestrógenos con una dieta occidental posiblemente no sea benéficiosa". 5

Además de los naturales problemas con el frijol soja, nos enfrentamos a un nuevo fenómeno occidental: la soja genéticamente alterada. Entre otros alimentos genéticamente alterados, o transgénicos, como el maíz, las manzanas, los tomates, las calabazas, las fresas, la lechuga, las papas, el trigo, y hasta las nueces (para mencionar sólo unos pocos), la soja es uno de los más controvertidos. Monsanto, el multimillonario líder biotecnológico que nos trajo rBGH (la hormona del crecimiento bovino), ha estado luchando por varios años para poner en la mesa de usted alimentos genéticamente alterados. Hasta ahora, va ganando. La verdad es que, a menos que usted haya estado comiendo SÓLO alimentos orgánicos, es probable que haya estado probando la obra de Monsanto.

Monsanto ha obtenido millones en ganancias de las ventas de su popular herbicida, RoundupÆ, y a su vez ha producido varios cultivos transgénicos que lo resisten. Por supuesto, la soja se encuentra entre esos cultivos resistentes al Roundup-ReadyÆ. Siendo resistentes a este potente herbicida, los agricultores pueden rociar más de él sobre sus cultivos, lo cual resulta en niveles más altos de toxinas en el producto cosechado. Recientes estudios han mostrado que los cultivos de frijol soja tienen un elevado nivel de estrógeno (mucho más alto que los niveles ya elevados del frijol soja). Como mencionamos antes, el efecto sinérgico de estos estrógenos - especialmente en niños que ingiiereen fórmulas con base de soja - es desconocido, pero hizo enarcar algunas cejas en un estudio reciente publicado en la revista Pediatrics.

Los investigadores descubrieron que uno por ciento de todas las muchachas ahora muestran señales de pubertad, tales como el desarrollo de los senos o vello púbico, antes de los TRES años; para la edad de ocho años, el 14.7 de las muchachas caucásicas y un enorme 48.3 por ciento de las muchachas afroamericanas tenían una de estas características o ambas", dice Sally Fallon en el artículo sobre la soja publicado por Price-Pottinger.

Se ha demostrado que estos niveles más elevados de estrógeno aumentan la cantidad de grasa producida en la leche de vacas alimentadas con los frijoles alterados y rociados. Junto con el uso de rBGH, los elevados niveles de estrógeno arrojan dudas sobre si la leche de vacas puede en realidad llamarse leche.

La Unión Europea ha luchado desesperadamente para evitar que los cultivos genéticamente alterados entren en la cadena alimenticia europea, pero este junio, tanto Francia como Irlanda estarán plantando los primeros cultivos alteradosen suelo europeo. En los Estados Unidos, hay muy pocas leyes (si es que las hay) sobre la industria biotecnológica.

La Soja y la Ingesta de Proteína

El frijol soja no es la base para medir si su dieta vegetariana proporciona o no la proteína y los nutrientes que su cuerpo necesita. En realidad, una dieta completamente desprovista de soja o productos cárnicos, pero variada en vegetales y frutas, proporciona a su cuerpo todos la proteína y los nutrientes que necesita. El factor importante para establecer si su dieta vegetariana libre de soja es lo bastante buena para usted o no, no es una cuidadosa combinación alimenticia. Son las calorías. Mientras usted coma suficientes hojas verdes, frutas, y vegetales, su cuerpo recibirá todo lo que necesita. Esta es la razón por la cual la Terapia Gerson, con su bien balanceada dieta basada en plantas (libre de soja), y rica en vitaminas y enzimas, puede efectivamente curar hasta los más difíciles malestares.

En contra de los productos lácteos

[Nutrición]

"En contra de los productos lacteos", por Harvey y Marilyn Diamond.

Perpetuar la ridícula creencia de que no podemos satisfacer nuestras necesidades proteínicas sin comer productos animales es pura tergiversación y comercialismo.

Me encantaría ver a quienes no están de acuerdo cazando un conejo, despedazándolo con dientes y manos (si han podido atraparlo) y devorarlo crudo, con sangre, tripas, huesos, piel y carne, tal como lo haría un auténtico carnívoro que se respete. Y tras haber dado cuento del conejo, me gustaría verles ir a un pasto, ponerse a gatas y succionar la leche de las ubres de una vaca, para hacer bajar el conejo. También eso es un poco repulsivo, ¿no? ¿Por qué? Porque no es nuestra inclinación natural. Si no obtuve la leche de los senos maternos, ¿es demasiado tarde? El hecho es que la mayoría de la gente reacciona a la leche de vaca enfermando. Acudir a otra especie en busca de leche es un insulto al magnífico proyecto de la naturaleza.

Es realmente asombroso que la gente siempre trate de imaginar una manera de hacer las cosas opuesta a lo que es natural, y para justificarlo siempre recurren a verdades a medias. Por ejemplo en Estados Unidos hay grandes vallas publicitarias y anuncios en página entera en las revistas que muestran diferentes productos lácteos con la leyenda que dice: “Calcio de la manera señalada por la naturaleza.” Se han olvidado de añadir dos palabras muy importantes: “¡Para los terneros!” Calcio: ¡de la manera señalada por la naturaleza para los terneros! ¡La leche de vaca es para los terneros! ¿Por qué resulta tan difícil entender eso? Una vez destetada, ni siquiera una ternera seguirá bebiendo leche... ni de su propia clase ni de ningún otro animal. Tiene una inteligencia innata para no interferir en el magnífico plan de la naturaleza. ¡Lástima que a nosotros nos falte esa inteligencia!

La naturaleza es demasiado espléndida y perfecta para que tengamos la arrogancia y el descaro de atrevernos a intentar ser más listos que ella. Existe un motivo por el que todos los mamíferos disponen de leche cuando nacen sus hijos, y es que la leche de cada especie es beneficiosa exclusivamente para esa especie. ¡Así es la naturaleza! Por eso hay dos cosas comunes a todos los mamíferos de la tierra, excepto nosotros:

1. No consumen la leche de otra especie. Eso significaría extralimitar su adaptación biológica, y no harían tal cosa. (Recuerde que no nos referimos a animales domésticos o encerrados en zoos, a los que hemos conseguido pervertir tanto como a nosotros mismos.)

2. Una vez destetado, ningún animal jamás vuelve a consumir leche. Este es el alimento designado por la naturaleza para alimentar a los pequeños de la especie. Está diseñada específicamente para el crecimiento rápido de una cría. ¡Ése es su objetivo! Es idiota insistir en que sigamos tomándola después de la infancia, hasta que somos octogenarios, si podemos vivir tanto. Es algo ridículo y lamentable. ¿Hemos de creer realmente que, una vez finalizada la lactancia de nuestras madres, han de sustituirlas las vacas?

¿Cómo es que la especie con el cerebro más sofisticado, la mayor inteligencia y la capacidad única del raciocinio es demasiado torpe para ver esta simple verdad? Y luego está el hecho irónico de que LOS PRODUCTOS LÁCTEOS CAUSAN ENFERMEDADES. Son nocivos, originan sufrimientos, son los que uno debe comer si quiere tener una salud precaria y enfermar. Los dietistas y expertos en nutrición, que son los portavoces y los jaleadores de la industria láctea y nos dicen que esos productos son un buen alimento, deberían ocultar sus cabezas avergonzados, no sólo por hacer creer al público inocente que los productos lácteos son realmente valiosos, sino también por no mantenerse informados al día en el campo en que se supone que deberían saber algo.

Decir que los productos lácteos son un buen alimento para los seres humanos es una prueba de imperdonable ignorancia de los hechos. Es demasiado evidente que los productos lácteos son un peligro claro y presente. Puedo entender esta idea equivocada en quienes son ajenos al campo de la salud, pero para un profesional, a quien se recurre en busca de consejo fidedigno, engañar a la gente por pereza, ignorancia, orgullo o de beneficios económicos, o todo eso a la vez, es algo despreciable. Es un desafuero criminal liquidar la salud de la población para enriquecerse. Y, como verá, las pruebas no están saliendo ahora mismo a la luz, sino que se sabe desde hace décadas lo nocivos que son los productos lácteos. Ya he ofrecido datos sobre las enfermedades que pueden causar los productos animales con alto contenido de grasa y colesterol (incluidos los productos lácteos). Y existen muchas pruebas, confirmadas por el sentido común y la literatura científica.

La leche de vaca sirve para criar un animal enorme, de grandes huesos, y con cuatro estómagos, y de ninguna manera nosotros respondemos a esos criterios (aunque, por desgracia, he visto que algunas personas empiezan a tener un aspecto peligrosamente bovino). Piense que la leche de vaca está diseñada para hacer que una ternera que pesa 40 kilos al nacer, llegue a pesar 900 kilos en sólo dos años. Los niños humanos suelen pesar entre 2, 7 y 4 kilos al nacer y alcanzarán un peso de sólo 45 a 90 kilos en 18 años. Comer productos lácteos es comer un alimento diseñado por la naturaleza para hacerle muy corpulento, como una vaca, con mucha rapidez. Si en la actualidad consume productos lácteos, espero que no esté intentando perder peso. Será más fácil que intentará apagar un fuego echándole gasolina. Pero los productos lácteos tienen tantos otros aspectos nocivos, que no sé por dónde empezar.

La leche de vaca produce más mucosidad que cualquier otro alimento, un moco espeso, denso, que obtura todo el sistema respiratorio del organismo, un moco que tapiza el interior del cuerpo y le impide funcionar con fluidez; un moco denso, pegajoso, que dificulta de un modo enorme las facultades eliminadoras del organismo, atasca las delicadas membranas mucosas e invita a la enfermedad. La fiebre del heno, el asma, la bronquitis, la sinusitis, los resfriados, el goteo nasal y las infecciones de oído se deben principalmente a los productos lácteos. Éstos son la causa principal de las alergias. Prácticamente cada libro, informe y estudio sobre las alergias mencionan los productos lácteos. No cabe ninguna duda de la intervención que tienen en esa clase de afecciones.

Además de muchas otras fuentes, dos de los investigadores mejor cualificados en el campo de los productos lácteos, afirman la existencia de esos efectos nocivos. Ambos son médicos y tienen una credenciales impresionantes. El doctor William A. Ellis, casi octogenario, ha investigado los efectos de los productos lácteos durante cuarenta años; el doctor N.W. Walker, autor de ocho libros, realizó investigaciones sobre nutrición y salud durante ochenta años y falleció apaciblemente en 1985, de causas naturales, a la edad de 109 años. Estos dos doctos caballeros han hecho las afirmaciones más despectivas sobre los productos lácteos. También han informado de que causan enfermedades cardíacas, así como intensos dolores en el pecho. Como señala el doctor Ellis, desde hace dos siglos se sabe que el queso es uno de los principales factores que causan dolores de cabeza. Un estudio publicado por la revista Nature el 6 de julio de 1974, muestra que una proteína presente en muchas clases de queso es responsable de migrañas. He visto centenares de personas que dejaban de tener dolores de cabeza tras haber dejado de tomar productos lácteos, o simplemente reduciendo su ingestión.

¿Tiene usted hijos? ¿Ha sufrido su hijo alguna vez una infección de oído? Teniendo en cuenta que la profesión médica y los dietistas las consideran algo normal en la infancia, no me sorprendería que respondiera que no. Si su hijo ha tenido o tiene infecciones de oído, existen muchísimas posibilidades de que tome productos lácteos, leche especial para biberón o ambas cosas. Durante diecisiete años, no he visto todavía a un solo niño con infecciones de oído que no se tomara productos lácteos. He aquí como puede comprobar lo que digo y, al mismo tiempo, evitar a su hijito más sufrimiento: elimine todos los productos lácteos de su dieta, o redúzcalos en gran manera, y vea qué sucede. Después de un período inicial, durante el cual el niño puede seguir teniendo goteo nasal y quizá otra infección de oído mientras el cuerpo limpia la mucosidad residual, el goteo cesará del todo y no se producirán más infecciones de oído. Hemos sido testigos de este resultado centenares de veces. El cuerpo de un niño reacciona con mucha rapidez a los cambios positivos. Las narices tapadas y los oídos que duelen hasta provocar el llanto no son normales.

Naturalmente, usted está preocupado por la ingestión de calcio. Le han manipulado cuidadosamente y han invertido miles de millones para que tenga esa reacción. No se preocupe. Enseguida me ocuparé de este tema y mitigaré sus temores. El temor es exactamente lo que blanden contra usted para hacerle consumir productos lácteos. Piense en ello. ¿Qué mejor treta publicitaria que la de hacerle pensar que, sin un producto determinado, sufrirá deficiencias, dolor, malestar? El temor es una treta eficaz que se ha utilizado durante décadas para hacer que la gente actúe de determinada manera para lograr un resultado deseado. LO más frecuente es que el resultado sea malo para su salud pero bueno para los negocios.

Veamos un ejemplo. Durante los años veinte, cuando se generalizó la vacunación contra la viruela, algunas personas optaron por no vacunarse ni permitir que vacunaran a sus hijos debido al número de muertes que las vacunas causaban (algo similar al fracaso de la gripe porcina). Así pues, se usó la mejor estrategia conocida, el temor. (...)

Recuerde que los productos lácteos tienen un contenido elevado de colesterol y grasa y no contienen fibra, una mala combinación, en lo que coinciden todos cuantos tienen unos conocimientos mínimos de nutrición. Resulta extraño que los dietistas y expertos en nutrición se obstinen tanto en alabar los productos lácteos, sabiendo que los alimentos con mucha grasa y poca fibra son contraproducentes. ¿Qué más prueba necesitan? Al fin y al cabo, ¿de quiénes son las necesidades que intentan satisfacer?

A pesar del hecho abrumadoramente científico, el sentido común básico y la lógica, la publicidad de la industria láctea y las incitaciones de dietistas y expertos en nutrición contratados por la misma nos han convencido de que el alimento de los terneros es esencial para la supervivencia humana.

En los productos lácteos existen dos elementos que han de ser descompuestos por las enzimas del cuerpo: la lactosa y la caseína. A la lactosa la descompone la enzima la lactasa, mientras que la encargada de descomponer la caseína es la renina. Hacia los tres o cuatro años de edad la renina no existe en el tracto digestivo humano, y lo mismo sucede con la lactasa, salvo en un número muy pequeño de personas. El término intolerancia a la lactosa se maneja como si fuera un hecho extraño que se manifiesta en ocasiones, pero la verdad es que más del 98 % de la población tiene intolerancia a la lactosa, porque carecen de lactasa. Pero en vez de reconocer esto como una parte del plan soberbio de la naturaleza e interrumpir la ingestión de alimentos que exigen lactasa (todos los productos lácteos), las empresas farmacéuticas se aprovechan de la circunstancia y empiezan a hacer publicidad de preparados químicos que uno puede tomar para ayudar a descomponer la lactosa. Como si el público ya no ingiriese suficientes fármacos (MÁS DE 25 MILLONES DE PÍLDORAS CADA HORA) hay que producir más para ayudarnos a mover algo en el interior de nuestro cuerpo que, en primer lugar, ni siquiera tiene por qué estar ahí. La madre naturaleza hace cuanto está en su mano para ayudarnos a reconocer ese hecho.

La caseína es el componente proteínico de la leche. Es una sustancia muy espesa y áspera, utilizada para uno de los pegamentos para madera más fuertes que se conocen. ¿A alguien le apetece un bocadillo de pegamento? La leche de vaca contiene un 300 % más de caseína que la leche humana. Los productos secundarios de la descomposición bacteriana de la caseína terminan convertidos en un moco espeso, parecido a una cuerda, que se pega a las membranas mucosas y nos atasca el cuerpo. El cuerpo humano carece por completo de los mecanismos digestivos necesarios para descomponerla. Antes hemos mencionado al doctor N.W. Walker, reconocido en todo el mundo como una autoridad en este tema y experto en el sistema glandular. Sus estudios le convencieron de que el bocio de la garganta y otros trastornos de la glándula tiroides eran el resultado directo de la caseína procedente de la leche de vaca, y señaló específicamente que el problema se complica de un modo considerable cuando los productos lácteos se pasteurizan.

Durante años se ha aconsejado a los pacientes de úlceras a que consumieran leche para aliviar el dolor. Los higienistas naturales expresaron desde el principio su postura contraria ante un consejo tan absurdo, pues sabían que los alimentos formadores de ácido eran lo peor que podía suministrase a un enfermo de úlcera, y todos los productos lácteos, excepto la mantequilla, son formadores de ácido. Los higienistas naturales fueron los primeros en recibir los ataques de la elite con las credenciales de “expertos” en salud, pero si pregunta a los médicos o los dietistas de hoy, verá que ahora están de acuerdo con los mismos higienistas a los que antes atacaban. Los productos lácteos agravan las úlceras.

La colitis ulcerativa es otra dolencia muy dolorosa e incómoda. Con frecuencia es precursora del cáncer de colón. Los productos lácteos no sólo contribuyen a la colitis, sino que la eliminación de esos productos de la dieta tiene como resultado una mejoría espectacular de la colitis. Y, como hemos dicho antes, los productos lácteos, junto con todos los demás alimentos con alto contenido proteínico, son uno de los principales factores desencadenantes del cáncer de colon

Un estudio reciente realizado en Italia indica que la mortalidad a causa de cáncer de próstata es un 60 % más alta en el norte que en el sur. Se consideró que el consumo frecuente de leche y queso era un factor de riesgo.

El síndrome de la muerte infantil súbita (SMIS) es una tragedia especialmente atroz. Un bebé inocente gorjea y sonríe y un momento después está muerto. Es cierto que el SMIS puede achacarse a cualquier otra causa, pero es incuestionable que los productos lácteos son culpables en parte. Soy consciente de que esta información no hará muy felices a las madres a causa del SMIS, pero las pruebas son irrefutables y hay que tenerlas en cuenta.

En realidad, la lista de dolencias que pueden vincularse a los productos lácteos es tan extensa, que apenas existe un problema de salud al que por lo menos no contribuyan. Un libro que presenta una acusación de los más convincente y cabal contra los productos lácteos es Don´t Drink Your Milk, de Oski y Bell. Entre la multitud de enfermedades y problemas de salud que los autores atribuyen a los productos lácteos figuran la enfermedad de Lo Gehrig y la esclerosis múltiple. Esta última abunda más en áreas del mundo donde se cría a los niños más con productos lácteos que con el pecho materno. Una dieta con bajo contenido de grasa animal, utilizada durante treinta años por un médico de la Universidad de Oregon, ha ayudado de un modo espectacular a los pacientes de esclerosis múltiple.

Si no fuera por la moderna tecnología, todos los mamíferos se limitarían a alimentar a sus hijos y, una vez destetados, todos ellos se mantendrían con los alimentos a los que están adaptados biológicamente. En estado salvaje, ingerir la leche no constituye un problema para ningún mamífero; sólo lo es para el único mamífero demasiado “inteligente” para confiar en el plan de la naturaleza. Naturalmente, un gran negocio se preocupa por sus beneficios y hace cuanto puede para perpetuar el mito de que la leche de vaca es un alimento apropiado para los seres humanos.

Antes de que llegara a convertirse en un reembolso asesor en nutrición de la Empresa Nacional de Productos Lácteos, el profesor E.V. McCollum recalcó el hecho de que la leche no es un elemento esencial en la dieta humana. (Véanse las ediciones anteriores de su libro The Newer Knowledge of Nutrition). Señaló que los habitantes de Asia meridional jamás toman leche. Su dieta se compone de arroz, semillas de soja, boniatos, brotes de bambú, y otras verduras. Según el profesor MacCollum, esas personas son excepcionales por el desarrollo de su físico y su resistencia, y su capacidad de trabajo está fuera de lo corriente. No sufren defectos óseos en la infancia y tienen las mejores dentaduras del mundo. Esto contrasta intensa y favorablemente con los pueblos bebedores de leche. Por desgracia, al profesor le pareció conveniente eliminar estos hechos de todas las ediciones de su obra publicadas con posterioridad a su ingreso como asesor de la Empresa Nacional de Productos Lácteos. La verdad debe suprimirse cuando amenaza beneficios y salarios. Esta es la triste verdad de la vida en Estados Unidos. Una vez más, se sacrifica la salud de la gente por el omnipotente dólar.

Y bueno, llevaremos bastante tomando leche ajena, pero tambien llevamos unos cuantos milenios viviendo con Estado. Lo mismo no esta tan mal, ¿no?